‘bonsái’ deriva de la unión de dos términos japoneses: ‘bon’ (bandeja) y ‘sai’ (planta). Según la Asociación Japonesa del Bonsái: «Es un árbol o una planta cultivada en una maceta y, por tanto, de reducido tamaño, pero que logra expresar completamente la belleza y el volumen de un árbol creciendo en su ambiente natural».
El origen del Bonsai es aun hoy día bastante confuso, se pierde a lo largo de la vasta historia oriental, pero se cree que desde hace unos mil años se puso en práctica la técnica como consecuencia del taoísmo. Esta religión tenía la creencia de que el Bonsai concentraba las fuerzas de la naturaleza debido a su pequeño tamaño, los creyentes pensaban que los fenómenos naturales como las montañas, los árboles y las piedras estaban cargados de poderes.
Los primeros Bonsai fueron recolectados de la naturaleza, eran árboles empequeñecidos por las inclemencias del medio ambiente. Se encontraban en los escarpados de las montañas y eran muy difíciles de conseguir, sino imposibles de rescatarlos. Aquellos que se conseguían obtener, eran colocados en tiestos y se les reproducía en las condiciones del medio ambiente en el cual habían sido localizados.
Al principio se dijo que estos pequeños árboles conservaban su forma natural, pero durante la dinastía MING (1388 – 1644) aparecieron estilos diferentes de Bonsai, la religión, la moda del momento era quien marcaba el estilo de turno.
En el Japón la historia es más reciente el primer registro autentico es un dibujo realizado sobre un papiro en el año 1309. El Bonsai por aquel entonces, era un privilegio exclusivo de la aristocracia. Durante el siglo XIV, el poder de la clase comerciante iba en aumento y estos, se interesaron también por el Bonsai, incentivando de esta forma el aumento de la producción de los mismos.
Entre 1603 y 1867, el Japón estuvo en un periodo de paz que permitió desarrollar artes tales como la pintura, la jardinería paisajística y el Bonsai. Fue durante este periodo que la escuela de pintores del sur se interesó por el Bonsai y dio origen al estilo literario o Bunjin-gi creando un nuevo y totalmente renovado estilo de Bonsai.
En 1867 cae el gobierno feudal en Japón y comienza un periodo de expansión, toda la sociedad comienza entonces a disfrutar y desarrollar nuevas técnicas de Bonsai que antiguamente eran privilegio de los ricos.
La mística oriental adjudicada al Bonsai este bien ganado, aquellos que realmente le han dado el toque maestro fueron los japoneses a través de los monjes Zen del periodo Tokugawa.
El Zen es una forma de Budismo mayoritariamente japonesa, que aspira a la tolerancia y la paz mental a través de la meditación. El lento cultivo y paciencia que se requiere para hacer árboles Bonsai, permitía a los monjes una forma de meditación y lo que es más, y es lo más difícil de aceptar por los occidentales, ellos no se sentían frustrados por el hecho de apreciar la identidad del hombre con la naturaleza. La práctica del Bonsai está considerada una forma de arte de características muy especiales ya que es una obra de arte que nunca está terminada, es viva y cambiante. Cualquier tratamiento que le hagamos malo o bueno se verá reflejando en la silueta general del árbol.